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viernes, 27 de mayo de 2011

Cajamarca.Violencia en las calles.

La última semana estamos observando la movilización de la población por las calles de la ciudad de Cajamarca. Hace sólo dos noches empezó todo, motivado por la presencia de la candidata del fujimorismo, Keiko Fujimori. Manifestación que no pasó desapercibida por la población dado por los enormes esfuerzos de los organizadores de llenar la plaza de armas por seguidores. Para lo cual no escatimaron en utilizar recursos para transportar a los pobladores del campo a la ciudad, con lo que se pudo ver la llegada de camiones y buses de diferentes empresas, trayendo a los pobladores a la histórica de plaza.
Se celebro el cumpleaños de Keiko, entre vivas, cohetes y para terminar una castillo. El discurso de la hija del preso Fujimori, no propuso nada para la región. E n lo poco que ofreció puso más énfasis en propuestas populistas: regalar tractores, dar palanas, ofrecer semillas. Pero de la propuesta seria para el agro, no se dijo nada. Por otro lado, deslizó la idea de la posible explotación del cerro Quilish, propuesta que  busca confundir a los cajamarquinos y complacer al capital privado de minera Yanacocha.  Esta propuesta resulta incendiaria por el momento conflictivo que vive el país, este tema tan sensible en todo el país, sobre todo en Puno; la candidata intencionalmente arrogo más leña al fuego, asiendo visible su estrategia de confrontación, de dónde saca mas partido.  
Sin embargo, todo no fue felicidad esa tarde en la plaza. En los alrededores de la plaza se encontraban reunidos los partidarios de Ollanta. Esto no hubiera salido de la normalidad, si no fuera por la agresión a un joven universitario contrario a la manifestación fujimorista, -con perdigones, al parecer por la policía que trataba de separar a las bandas. 
Estos hechos no deben ser el inicio de la represión policial, mismos años noventa. Debe respetarse los espacios de expresión y opción ideológica.   
No a la violencia política ni desbande social. Investigación a las agresiones. No al silencio de los medios de comunicación.
Libertad al pueblo, información imparcial. No al maltrato moral del pueblo y el olvido cómplice de la historia cercana.