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sábado, 17 de septiembre de 2011

DE LA INDIGNACION A LA PROPUESTA por José Dávila Cisneros

Opinión de un ciudadano universitario:

Siento dolor por el sufrimiento de las familias de los alumnos heridos, indignación porque en su protesta están huérfanos, de nosotros los docentes y administrativos. Sólo una pequeña delegación los acompaña en sus marchas, siendo siempre mayoría los administrativos, el resto, aprovechando el “feriado largo” están en sus trabajos privados, domésticos, dictando en otras universidades con el terno de la Universidad, no les interesa que se violente la autonomía universitaria, porque la autonomía siempre la usamos para los intereses personales.

El transporte urbano e interurbano es una política pública local, competencia de la Municipalidad Provincial de Cajamarca y de la Policía Nacional y que se traduce en un servicio privado a favor del ciudadano con calidad y calidez. Para diseñar y ejecutar la política pública local del transporte urbano e interurbano se necesita competencia, pero sobre todo principio de autoridad, ponerse los pantalones y no ser temerosos o genuflexos ante poderes facticos: empresarios del transporte y lobbys amicales o familiares de los empresarios. Los últimos alcaldes abdican de su autoridad para normar –delimitación urbana, complacientes con rutas monopólicas y oligopolios de representación sobrerepresentados por Silva y Cueva-, no se atiende la demanda de la población de competencia de algunas rutas, incapacidad de competencia profesional para delimitar paraderos y zona urbana, por 8 kilómetros nos cobran interurbano, no terminan el plan vial y por tanto no se puede licitar rutas, cerrando a transportistas y unidades que pueden ofertar un mejor servicio.

Por eso pregunto, dónde estuvo la policía que no fiscalizaba ni sancionaba a la empresa y propietarios que colocan una fracción de banca para pasajeros, atrás del asiento delantero del chofer; antes de que estalle esta protesta de jóvenes generosos, que como decía violeta parra, son como pan que sale del horno; dónde ha estado la policía antes, para no sancionar a los empresarios transportistas, por llevar parados en las combis, sabiendo que en un accidente, el SOAT no cubre a los que van de pie, acaso haciendo de la panza gorda ante la “bolsa” transportista, que agrede a estudiantes con saña y ensangrienta rostros y cuerpos, que no temen correr de animal ni de policía.

Mientras los jóvenes universitarios luchan no solo por su derecho al medio pasaje, sino por la rebaja de pasajes que afecta a los bolsillos de las familias en pobreza y extrema pobreza, algunos personajes en sus camionetas cuatro por cuatro, reclaman más palo y sangre de los estudiantes, con tal que los dejen circular tranquilos y sin sobresaltos de los que reclaman, ante la inoperancia de la autoridad local.

Ante ello demandamos solidaridad activa con nuestros alumnos, porque son ellos los que hoy están enseñando y despejando la atribución de generación incógnita, los jóvenes universitarios a costa de su salud en las noches de heladas en el campo universitario, el hambre que los acompaña, y la represión con sangre. Ellos nos muestran la política pública emergente y la necesidad de de nuestra participación activa en exigir:

1.- Declaratoria de Emergencia del Transporte público y urbano ante el poder fáctico del oligopolio empresarial del Transporte.

2.- Implementación Inmediata dentro del Plan de Emergencia, de una ruta universitaria con buses a gas, y menos polución ambiental

3.- Autoridad Municipal del Alcalde y de los regidores para colocar profesional calificado en la Subgerencia de Transporte Urbano, para contar con el Plan Vial, licitación de rutas troncales en camino al bus kajacho, similares a los planes de metropolinitos de Arequipa y Trujillo, la factibilidad de una empresa municipal de transporte que fomente la competencia y no monopolios en algunas rutas u oligopolios en la representación.

Tú pasividad puede permitir que todo siga igual o que cambien rostros para que nada cambie, o aprendemos el camino de nuestros jóvenes alumnos, la política pública del transporte local desde abajo.